viernes, 30 de noviembre de 2018

Día 5

Surge, necesidad, como brota la semilla tras las peores estaciones. 
En busca de nuevas imágenes en los mismos lugares, 
de llenar un futuro de historias que superen las pasadas, 
De nacer. 

jueves, 29 de noviembre de 2018

Esos días como hoy

Esos días en que el día amanece precioso para volver a empezar, 
en que el sueño no pesa, y los sueños brotan, 
en que el paso es firme y ligero, 
y las miradas profundas como océanos, y limpias. 
Esos días
como hoy.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Último día

Te he puesto el cuchillo en la mano en el momento justo en que he tomado conciencia de que no quiero que seas tú quien ponga fin a esta tristeza.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Lo que no quiero que sepas

Me encantaría que entendieras mis decisiones,
que la ausencia me mata como a ti,
que me aterra olvidar tu olor,
y mi día desea, desde la mañana, descansar en tu abrazo.

Que supieras que hay elecciones que son irremediables,
que no suelo apostar por mí,
que seguir a tu lado sería inmolarme,
ponerme a tus pies,
explotar en una inconsciente pisada.

Y aun con todo esto,
lo que no quiero que sepas,
es que sigo soñando que me tocas,
que no conozco el placer si no viene de tus manos,
ni hay abrazo que sostenga esta locura si no viene de ti.

Lo que no quiero que sepas, es que solo el día que me corte el pelo,
morirá la esperanza de volver a tenerte a mi lado.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Tiempo

Medimos el tiempo, como si pudiéramos controlarlo.
Fragmentamos el momento entre la vida y la muerte en pequeñas secciones, como quien hace una marca para colorear y rellena con más ánimo el hueco.

Nos regalamos la ilusión de hacer una media, una estadística de esperanza de vida, sabiendo que la esperanza de muerte, es aplastante e igualadora. Y apuramos los minutos, o los dilatamos, en función del miedo. Nuestra urgencia.

Falsa sensación de control entre manillas. Hemos aprendido a imaginar que tenemos libertad en un dos por cuatro, cuando de fondo, sabemos que estamos atados al ritmo militar de quien conoce su destino y no tiene opción de cambiarlo.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Día 52

No sé bien qué es la paz. No sé si dentro de nosotros, animales viscerales, hay hueco para el descanso. Pero sé que tiene que ver con esto, con esta sensación de no odiarte ni odiarme. Con acariciar las heridas como quien revisa los apuntes de un examen que se sabe bien. Como llave al recuerdo de haber vivido, sin miedo marcar los huecos sanos que aún me quedan en la piel. Esos que están perdiendo, poco a poco, tu olor.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Animal

Acaricias al corazón compungido, que se encoge de miedo, de sorpresa, de desconfianza, de deseo, de fe.

Animal, cachorro, ternero, te lame la mano, pidiendo que no te vayas, que no dejes la caricia a medias para abrazar a una cría más tierna, más bonita, más limpia.

Cierra los ojos imaginando tu huida para que no lo coja por sorpresa, como otras veces, para que no lo venzan las ganas de salir corriendo y caer al vacío detrás de ti.

Piensa en las magulladuras.
No quiere una con tu nombre.

Te muerde.

domingo, 18 de noviembre de 2018

De cuando dibujaste un mandala en mi mano

Me has dejado la marca de todo lo que eres en el anverso de la mano. Ágil, sencilla, tú.
Has acariciado el momento con el cuidado de quien recoge a un gorrión caído del nido. Has abrazado mi mano. Me has sostenido. 
Te has pronunciado a través de mí.  
Voy contigo, con quien eras ayer, a todos lados.  

Se borrará la huella, pero la piel tiene memoria. De verdad que la piel tiene memoria...
Me he visto en tu diseño, estamos cerca. De repente, muy cerca.
Tú yo, conectadas por un punto, tinta, tú presente en mí...
Yo presente en mí.
Una puerta. 
Es bello. Es generoso. Es grande. 


viernes, 16 de noviembre de 2018

Día 46

Los segundos se derraman
en la almohada en la que, desde hace mucho, no descansan tus torpezas.
Han enfangado todo y como arenas movedizas me abrazan a la cama.
Soy presa del pasado. De uno en el que ya no estabas, de uno que combina tu ausencia con mi vacío.
Un agujero negro.

El tiempo se dilata y este caer es tan inevitable como eterno.

¿Qué suelo me dará impulso en el fondo de la nada?

martes, 13 de noviembre de 2018

Jugándonos la vida

Las dos lo sabemos,
nos hemos arrancado
la felicidad de cuajo,
nos hemos amputado
todo lo que huele a la otra,
nos hemos jugado la vida.
Debajo, aún quedaba algo de nosotras.

viernes, 9 de noviembre de 2018

La gran ciudad

La noche ha caído.

Los transeúntes caminan cubiertos por sus paraguas, como si de sombreros se trataran.
Los charcos reflejan las luces de la ciudad, las farolas, los carteles luminosos, los ojos de las almas tristes que caminan mirando al suelo. El tiempo se suspende en el salpicar de cada gota de lluvia, el latir del mundo.

La ciudad guarda miles de vidas debajo de un agujereado manto oscuro. Las abraza al calor del humo de los coches, del asfalto arañado por neumáticos. Trata por todos los medios de ser un hogar, a pesar de la humedad, de los abandonos, de los vacíos, de la soledad del humano en un hormigueo de turistas.

Tiene complejo. Quiso crecer para dar cobijo, y ahora... Ahora le toca contemplar las caídas de sus hijos en espirales de alcohol, de drogas, videojuegos, Netflix... No hay abrazo que pueda salvar al individuo desconectado de la sociedad, al que perdió la fe, al que ya nunca más será familia. Ha creado islas que no se dejan atracar por una caricia.

La ciudad llora, abraza a los transeúntes con un manto negro agujereado por paraguas.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Todo menos las dudas

Sé que estás imaginando el peso que tu ausencia ha dejado en mi cama. Lo tenías claro: "Yo sigo con mi vida, pero tú..." Te sabías valiosa. Te querías valiosa. Es un gran ejercicio de autoestima.

Yo ahora hago malabares para gestionar el vacío. El problema no es que no estés. Eso puedo sobrellevarlo. El problema es que sembraste dudas que están germinando. Tiraste la piedra y cerraste con un portazo. Quedó el eco de la carrera.

Juzgaste mi vida, y te volviste al altar que me había encargado de construir, con mis propias manos, para ti. Ahora me curo las heridas con los dedos astillados, y la huella de tu certeza en el corazón.
Ahora me pregunto cuánto debo pagar por un sueño, si hay equilibrio en la felicidad desde que has roto la balanza, si las pérdidas serán constantes, si la madurez es otra cosa y estoy regresando al momento en que decidí, tantos años después, para corregir errores que no tienen remedio...

Te perdono todo, te lo prometo. Las ausencias, la inconsciencia, los no lo sé, ya se verá, los latigazos de sinceridad que me marcaron la espalda, y los ojos, las prioridades en las que nunca entré... No se puede mandar en la emoción, ni en la tuya, ni en la mía. Tu pureza siempre ha sido parte de tu encanto. No te culpo.

Te lo prometo, te lo perdono todo, todo...
menos las dudas.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Ruptura

Se me está rompiendo el tiempo
de grieta violenta,
de resistencia fallida,
de pura cabezonería.

Se me está rompiendo el tiempo
a base de recordar y proyectar,
como elástico vencido
a la voluntad del "si" mágico.

Me empiezo a suspender en este espacio de nadie,
a descomponerme en minúsculas partículas atemporales,
y temo, llegado el momento,
no volver a tomar forma.

La vida allí abajo.

La vida se desmorona allí abajo.

Sé que puedo ir al infierno, a abrazar el desastre el tiempo suficiente para que no me atrape. Pero no soy ágil en el cálculo, y tengo un instinto de muerte astuto como un zorro.

No tengo claro qué es mirar atrás en este punto del camino. Sé mirar adentro, ahí donde estás tú, muy pequeñita, donde están ellos tratando de no hacer ruido, donde está la ausencia, llorando tranquila.

Me acabaré inmolando.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Día 33

Ojalá ese momento, ojalá contigo.
Lo único que deja claro esta embriaguez ridícula, es que todo lo que hago tiene un fondo común: te echo mucho de menos.
Nada funciona contigo, y quizá sin ti la vida gire, pero te echo mucho, mucho de menos. En mi abrazo, en mi boca, en mi cama. Ojos de mariposa.

jueves, 1 de noviembre de 2018

El silencio en torno a su boca


La cafetería está a rebosar.

La música inunda el lugar hasta casi ahogar a los clientes. No se dan por aludidos. Conversan, estudian, trabajan en sus portátiles, mientras yo trato de abrirme paso entre toda la estimulación hacia un texto que tengo que memorizar para dentro de una hora.

Admiro la capacidad de la gente para concentrarse, de focalizar la atención hasta aislarse. Son islas en medio de un mar embravecido, remansos de paz. Admiro la coherencia de quien sigue su objetivo. 

Yo leo un par de frases y el ritmo penetrante repiquetea en mi cabeza. Me sacudo y lo vuelvo a intentar. Alguien ríe. Levanto la cabeza. La gente es feliz. Sin tiempo casi para la vida, la gente es feliz. Yo tengo que tomar vitaminas para asumir el ritmo sin tener un humor de perros. 

Vuelvo a mi frase. Esa que he leído ocho veces y sigo sin entender. Debería irme o ponerme los cascos con alguna canción de esas que me ayudan a... 

Alguien se sienta frente a mí: "¿Qué haces, novata". El silencio se hace en torno a su boca.

...
Me da vértigo mantenerte la mirada, tienes ojos de comienzo y un abrazo que sostiene mundos.

se apaga

Una chispa se prende. Temblor torpe, Vuelco contenido, Sueño espontáneo.  Una chispa se prende. Se que se elevará lentamente hasta apagarse,...