Hoy que la vida parece cuestión de un segundo. Que todo importa poco y a la vez es esencia. Quiero apostar a una mano, perder la vida en el intento, evanescerme en un soplo violento. Estamparme contra ti y dejarme caer despacio en el desamparo o fundirme para siempre.
Este es mi diario, lejos de ser algo con forma perfecta, de seguir cánones de belleza o estilo, de pretender nada. Solo es el lugar donde vomito, donde grito de alegría o pena, donde conecto, cuando me acuerdo, conmigo. Un hilo conductor que atraviesa mis días.
jueves, 7 de octubre de 2021
miércoles, 6 de octubre de 2021
La coherencia
El problema es que tiene sentido.
Busco la coherencia en cada paso. Escudriño razones, lógicas, discursos, pensamientos de fondo. Analizo, trato de comprender. Y no comprendo.
El problema es que he empezado a asumir que la lógica es un punto de vista. Que no hay una razón detrás de cada acto, que no todo se puede comprender, que la voluntad, la vida, es inasible.
El problema es que llevo media vida, una vida entera, aprendiendo a claudicar.
Y cuando he renunciado. Cuando me he rendido a la evidencia. Me golpea de nuevo el instinto, la pulsión de equilibrio, la necesidad de creer en la causalidad, la lógica interna, acción reacción, puzzles, matemáticas. El acto necesario, inevitable.
Y es que tiene sentido, con todo en contra. Tiene sentido, lógica, coherencia, razón de ser. Es una ley física, un lapsuslingue, una fuerza que atraviesa el inconsciente, la conciencia, un abrazo sostenido, una nota final. Sostienes la mirada, mi mano fria, mis miedos, acaricias mi tropiezo, confiesas tus dudas. Irrumpes en mi puerta un día cualquiera, un día extraordinario, un día roto y tiene sentido.
Te miro. Todo encaja de repente. El orden viaja al pasado como una flecha. Mi historia se recoloca y, por primera vez, tiene sentido.
Pero no es.
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