Silencio

Hay una belleza que me mata.
Trasciende lo corpóreo,
pero tiene tu mirada,
y tu forma de callar.

Suelo

Suelo frío, inquebrantable, cruel,
que sostiene la vida contra su voluntad.
Ni roto pierde su poder,
ni cuando se ablanda, enamorado de una raíz
penetrante, agresiva, sibilina,
cede espacio a la anhelo de muerte.
Alimenta, alimenta, mantiene.
Y cuando expira rendida la esperanza,
sostiene sus restos, demostrando que no dio permiso,
negando el descanso,
imponiéndose al fin.

De hoy 2

En algún momento me quité la armadura el tiempo suficiente para que me quedara pequeña. Ahora vivo en peligro continuo de muerte, sensible al aire, al agua y, sobre todo, al fuego. No sé si maldigo mi olvido, o le dedico mis días...

De hoy.

Se han roto los lazos, 

Me quedo mirando el bailar de los jirones en un remolino de incredulidad. 

Pienso en American Beauty. 

Quizá también haya belleza en el romperse de un corazón, 

quizá haya más humanidad que en toda la fe.

Alergias

Llega la primavera.
Se abren los pulmones.
La esperanza tiñe el mundo,
lo poliniza.
Dan ganas de respirar profundo,
y hago un esfuerzo por llenar cada alvéolo con un poquito de paz,
antes de recordar
que soy alérgica al polen.

Hermanas

Tiembla tierra  compacta,
hemos venido a airearte.
Vamos a darte vida,
como mereces,
vamos a renovarte.

Ese puente

Ese puente que se crea entre nuestras manos y nuestras miradas.
Ese puente.
Esa duda.
Ese misterio.
No, no voy a buscar solución.
No me pidas que responda.
No me pidas que renuncie.
No quiero final.
Quiero crear un hueco de esperanza que no se apague.
Un puente que no caiga.
No quiero más recuerdos de fracasos.
No quiero nuestro fracaso.
No me pidas que lo precipite.
Déjame la esperanza eterna.
Pájaro acurrucado entre las palmas de mis manos.

Pertenencia

Se ha terminado de caer la postilla, el sentimiento de pertenencia me había herido...

Recuerdo haberme limpiado la sangre con lágrimas y gasas en un intento de cuidarme dejándome ser. 

Hacía mucho que la costra se había secado,  se había ido desprendiendo poco a poco, casi sin dolor,

a excepción de laguna vez que se me había enganchado en alguna sonrisa,  dejando salir de nuevo un  rojo hilo de duelo.

Ayer terminó de caer, silenciosa, indolora. 

Ahora contemplo lo que fue la  herida, ni siquiera cicatriz ha quedado.

Debe ser que en realidad, nunca pertenecí a nada.

Querido mundo

Querido mundo,
no puedo seguirte el ritmo.
Vivo hogada tras tus pasos.

A veces me paro a respirar
y pienso que no importa,
que contemplar también es vivir...
Pero observo a la gente
inmersa en su dinámica vital,
y me aterra la idea de estar a la espera de la muerte.

A veces no sé si estoy pagando por adelantado, ni qué hacer para remediarlo.

A veces todo el esfuerzo es nada, y la vida me atropella.

A veces, en medio de todo, recuerdo mi infancia, y me abrazo tan fuerte, que recuerdo que solo yo me sostengo.

Inspiro profundo. Huele a verano.