Escalo a tu recuerdo cada día
Y caigo a la ausencia abandonada
Que dejó tu silencio.
Me agarro a la a certeza de la decisión consciente, de mi huída tímida, del cuidado.
Y mis manos resbalan, mis brazos tiemblan sosteniendo a un corazón inquieto que anhela los tuyos.
Y me quedo parada, buscando el termino medio entre la contención y la asfixia.