Medimos el tiempo, como si pudiéramos controlarlo.
Fragmentamos el momento entre la vida y la muerte en pequeñas secciones, como quien hace una marca para colorear y rellena con más ánimo el hueco.
Nos regalamos la ilusión de hacer una media, una estadística de esperanza de vida, sabiendo que la esperanza de muerte, es aplastante e igualadora. Y apuramos los minutos, o los dilatamos, en función del miedo. Nuestra urgencia.
Falsa sensación de control entre manillas. Hemos aprendido a imaginar que tenemos libertad en un dos por cuatro, cuando de fondo, sabemos que estamos atados al ritmo militar de quien conoce su destino y no tiene opción de cambiarlo.
Este es mi diario, lejos de ser algo con forma perfecta, de seguir cánones de belleza o estilo, de pretender nada. Solo es el lugar donde vomito, donde grito de alegría o pena, donde conecto, cuando me acuerdo, conmigo. Un hilo conductor que atraviesa mis días.
jueves, 22 de noviembre de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
se apaga
Una chispa se prende. Temblor torpe, Vuelco contenido, Sueño espontáneo. Una chispa se prende. Se que se elevará lentamente hasta apagarse,...
-
Te quise. Por más que me resista a aceptarlo, te quise. Me dejé arrastrar por la idea que tienes de ti. Dejé que fuera la mía. Ignoré el in...
-
Confieso, amor, que no sané. Que la seda de tus dedos que tanto, en es(t)e tiempo, amé se adhirió a mis recuerdos como crudo. Confieso, mar...
-
Me agarré a las costuras, Hundí cada uña en una puntada. Rogué al tiempo. Corté el aire una vez dentro. Bañé mi cuerpo para atemperar mis ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario