Estoy bastante sensible. No es algo romántico ni poético. Estoy susceptible. Hay un lago oscuro dentro de mí deseando encontrar salida, golpear, conquistar el espacio exterior. Lo domo como puedo. Trato de comprenderlo y abrazarlo pero se hace difícil. Creo que tiene más fuerza que yo. Es inefable. Inabarcable. Inevitable.
Es el lago que me separa del mundo. La línea que marca mi cueva. Los barrotes de este hogar que más que cuerpo es un acero maltrecho.
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