viernes, 8 de febrero de 2019

Cuando dejé de contar los días.

Me he despertado con cuerpo de haber dormido contigo,
de habernos tocado, lamido, de habernos hecho gritar.
Me he despertado con la paz de un orgasmo
precipitado por tus manos, por tus ritmos, por tu boca.

No sé en qué mundo, hoy, he dormido contigo.
Y nos hemos querido tanto...
tanto...
como entonces.

Cuando darnos la mano era ser imparables,
sellar nuestros cuerpos,
hacernos bandera,
ondearla, despreocupadas, por Argumosa...

Cuando fuimos para siempre,
 por un tiempo.
¿Te acuerdas?
Yo casi lo había olvidado.

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