He refrescado mis heridas, se han empezado a abrir por dentro y justo en el momento en que mi piel comenzaba a romper, he echado a correr como si o hubiera un mañana. Como si pudiera no haberlo, de quedarme allí.
Desde aquí, desde el ojo del huracán, observo los golpes, los cortes, me observo sostenida por el caos que gira alrededor, títere del desastre.
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