Me gustaría saber a qué suenan las yemas de tus dedos,
tu espalda,
la boca de tu estómago cuando se encoge de miedo,
tu respiración agitada por la ilusión,
las palabras que contienes,
el pensamiento que esconde ese silencio en el que tratas de ordenarlas, para luego desecharlas;
las sonrisas que no me regalas.
Me gustaría conocer los acordes que te calman - costilla, hombro, mejilla-,
que te alivian - mano, cabeza-,
los que te sostienen de puro placer...
Me gustaría estudiar la música que escondes,
sentirla con las manos,
con los labios,
con la lengua, hasta llegar al alma.
Y una vez allí, dar con la clave.
tu espalda,
la boca de tu estómago cuando se encoge de miedo,
tu respiración agitada por la ilusión,
las palabras que contienes,
el pensamiento que esconde ese silencio en el que tratas de ordenarlas, para luego desecharlas;
las sonrisas que no me regalas.
Me gustaría conocer los acordes que te calman - costilla, hombro, mejilla-,
que te alivian - mano, cabeza-,
los que te sostienen de puro placer...
Me gustaría estudiar la música que escondes,
sentirla con las manos,
con los labios,
con la lengua, hasta llegar al alma.
Y una vez allí, dar con la clave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario